viernes, enero 13, 2012

Capitulo 20

"En el mundo exterior"

Miles de aparatos chillando alrededor... cables enrollados en mis dedos... ventosas colocadas en mi pecho... un tubo ensartado en mi garganta repleto de flemas... y mis párpados sellados artificialmente con "micropore"... estaba sumergida en un infierno hospitalario.

Llevaba oficialmente 5 días de haber entrado en coma... Al parecer, el trágico accidente automovilístico que sufrí no había causado ningún daño "externo", es decir, no hubieron fracturas, ni raspones ni moretones... todo parecía estar perfecto, pero de una extraña manera mi corazón comenzó a fallar... la sangre se negaba a ser bombeada nuevamente... y mis pulmones desinflados y amorfos esperaban sumisamente en mi cavidad torácica. Me han realizado infinidad de exámenes cardíacos y los médicos no encuentran la causa de mi deterioro físico. Hablaron con mis familiares al respecto y les han explicado la solución... pero desgraciadamente en nuestro subdesarrollado país... eso es casi imposible... necesitaba un transplante de corazón... y lo necesitaba ya!

Los médicos no me dieron muchas esperanzas de vida... quizá una hora o menos... La dopamina y la dobutamina estaban tratando de elevar la presión arterial... pero esta oscilaba por 40/ 10 mmHg. Además era casi un cadáver... mi piel se encontraba pegada al hueso... agrietándose... estaba en un estado de desnutrición severo... me estaba consumiendo... Realmente nunca me puse a pensar en lo bello de estar de viva... en lo bello de sonreir... en florecer... Siempre me centré en ver únicamente lo malo de las personas... lo malo de "MI" persona. Señalaba... me enojaba... gritaba... y en muchos casos ignoraba. Nunca me dí tiempo de sentarme en una banca y obserbar el horizonte... Subir al "Cerro El Baúl" y ver desde el kiosko una enorme "maqueta" de Quetzaltenango... Ver como las diminutas personas sobreviven diariamente al trajín de la inmensa vida... cómo los carros son casi impercetibles en el gigante universo... cómo una flor con sus diminutos pétalos alberga más vida microscópica dentro de si mísma, una hormiga o un pequeño bicho refugiándose de la lluvia... o el pólen tratando de encontrar su complemento y dar orígen a más vida....

Desperdicié otra de mis vidas viviendo en piloto automático... y nunca supe apreciar todo lo que me rodeaba... "uno cosecha lo que siembra"... talvez ese estúpido refrán tiene la razón... Talvez sea hora de dar un último suspiro y morir otra vez...
- Susurró Samanta... cayendo en un profundo y olvidado sueño.

De pronto abro los ojos... y éstos ya no estaban sellados. Un cuarto abandonado con paredes rojas color sangre. Mi boca se encontraba amordazada y mis gritos no podían salir. Me encontraba sentada en una silla... (como en el sueño...) mis extremidades se estaban atadas... con alambre de amarre y mis músculos se negaban a contraerse... Delante de mí se erguía un enorme lobo... viéndome con sus ojos rojos y su hocico lleno de saliva...

Morirás para siempre... Samanta. -exclamó el lobo, con una mirada triste... Lusseia perdió la cabeza... y no quiere que vivas ni aquí ni afuera... ni en ningún otro lugar. Consumirá tu alma.

Un reloj oxidado en la pared... marcándo las 12:00 horas en punto. La hora ha llegado.

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