domingo, diciembre 19, 2010

CAPITULO VIII

El viento... El cielo azul...los girasoles danzando al ritmo tornasol... millones de colores emergiendo del sol... acostada sobre el césped, inhalando aire fresco....
No hay nada mejor que amanecer amaneciendo, verdad Cuervo?-pregunté sin mover la mirada del psicodelico paisaje. 
Asi es Lucy. No hay mejor deleite para tus ojos que ver magia emanando directamente del corazon de la tierra, desde las raíces hasta las hojas...-expresó esa criatura misteriosa sentada a la par mía.  El era "Cuervo" o "Corvus" como se hacia llamar.  Mitad lobo mitad hombre.  Sus afilado huesos delimitaban el frío hierro.  Por las mañanas un lindo cachorro, pero por las noches era el mismisimo INFIERNO-.
En donde estara?? pregunté casi sollozando...
Aún no han reportado nada Lucy.  Nos hemos contactado con la legión plantar, nasal y braquial.  Ninguno ha reportado alguna actividad preocupante.- dijo Cuervo, con una actitud militaresca.
Se está haciendo tarde.... -Susurré.  "Necesito" encontrar a Samanta.. Puedo sentir como poco a poco se va extinguiendo mi alma.  Cómo me alejo de este mundo.  Mi alma esta cansada de vivir una y otra vez este mismo ciclo, salir triunfándo de nuevo, renaciendo otra vez y matarla por miles de generaciones mas.
Sabes que eso no es cierto, Lucy.  Tu no estas cansada, dijo Corvus.  Es tan emocionante para ti alimentar esa morbosidad violenta que te acapara.  Siempre ha sido asi.  Siempre ocultas tu verdadera yo para estallar en euforia el momento indicado.
Ja Ja Ja Ja... Tienes razón Cuervo!  ESTOY ANSIOSA por encontrarla y ASESINARLA DE NUEVO....-exclamó una Lucy muy diferente y aterradora. De su cuerpo emanaban vibraciones seductoras pero al mismo tiempo dolorosas.  Un conejo rosado con una moñita celeste calló al suelo.
Una mirada penetrante atravesó la córnea de cuervo.  Era aterradora! Petrificante! Los girasoles que hace menos de 5 minutos danzaban a nuestro alrededor ahora se encontraban volando o en el suelo.  Arrancados con vida de su paraiso.  Tempestad y oscuridad se habían apoderado de la escena.
Lucy se acercaba jugueteando inocentemente, dejando atrás la nube de odio que la cubría.  Venía cortando flores (de las pocas que dejó con vida), comenzó a formar un ramo con ellas (el cual daba la impresión de haber sido machacado brutalmente por un toro).  Sutil, tierna, ojos brillosos, hermosa mujer, seductora... Un suspiro se arrancaba del pecho de Corvus, mientras los ojos marrones se reflejaban en un abismo azul.  Ternura y terror. Las unicas dos sensaciones que recorrian su cuerpo.
Toma! Lo hice para ti! -exclamó deslizando su pequeño brazo y un ramo de girasoles muertos.
Es Un Regalo de Phérida, en agradecimiento de tu lealtad. Queremos a Samanta, y la quieremos YA!
Corvus pudo observar la transformación en la mirada de Lucy al momento de pronunciar el nombre de Samata.  Corvus sintió como sus pensamientos fueron desapareciendo y lo único que tenía en su mente era la anesteciante y embolvente imagen de Lucy Phérida, la reina de la insanidad, profanadora de mentes y recuerdos. 
Siempre te seré fiel, Lucy. A tí, te aborresco, Phérida.
Los dientes de Lucy rechinaban de la euforia que sentía. 
Encuentrala!!! Ordenó Phérida.  La quiero VIVA Cuervo.

Cuervo se alejo en silencio, en medio de la oscuridad. 
El pequeño conejo de peluche regreso a los brazos de su dueña cubierto de sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario